domingo, 30 de septiembre de 2012

TRABAJAR CON EMOCIONES POSITIVAS PARA MEJORAR EL MALESTAR

Existe un caudal muy grande de trabajos que buscan desarrollar métodos de promoción del bienestar a través del entrenamiento o la focalización en emociones positivas. Muchos de ellos tienen potenciales aplicaciones en el campo de la clínica y se han estudiado en referencia a la depresión o al afrontamiento de situaciones adversas. Un listado muy provisional incluiría estudios sobre:

  • La capacidad de dar propósito a las cosas que suceden ( Frankl, 1946; Wong y Fry, 1998), especialmente en situaciones de sufrimiento o adversidad.
  • La capacidad de elegir caminos en la vida, entendida como la sabiduría de explicitar y entender de modo consciente la escala personal de necesidades psicológicas básicas ( seguridad, afecto, autonomía, eficacia, etc) y de formular metas que sean congruentes y coherentes con esta escala de necesidades.
  • El optimismo, como característica psicológica disposicional , que ha sido relacionada en numerosos estudios  con el éxito personal, la salud física o el bienestar psicológico.
  • El uso del humor, entendido en al menos tres sentidos: promoción del humor, como estilo cognitivo de pensamiento, el humor como actividad salutógena promotora de estados ánimo positivos, y el uso intencionado o espontáneo del humor en el marco de una psicoterapia para facilitar el insight (visión interna o entendimiento) del paciente.
  • La creatividad, entendida como la capacidad de producir de manera individual o ecológica, respuestas originales e innovadoras a cualquier problema.
  • La esperanza, definida como el proceso cognitivo que lleva a los sujetos a persistir en sus objetivos hasta alcanzarlos.
  • La autoeficiencia, percepción de control, confianza en uno mismo u otros modos de designar la creencia en las propias posibilidades a la hora de resolver los problemas.
La lista podría incluir entre otras muchas, la curiosidad, la sabiduría, la humildad, la autenticidad, la empatía, la capacidad de perdonar y otras.

sábado, 22 de septiembre de 2012

TÉCNICAS DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA

  • Autor reforzamiento: muchas veces estamos más pendientes de lo malo que hacemos para autocastigarnos, como por ejemplo decirnos que no servimos para nada, que somos unos inútiles, pero no nos recompensamos por las cosas buenas que hacemos, como realizar un trabajo, escribir un artículo. El autor refuerzo o autorrecompenza ayuda a incrementar la autoestima y a tener un concepto positivo de nosotros mismos; el auto- refuerzo puede darse de tres maneras: uno es por medio de autoelogios, cuando me digo cosas positivas; ejemplo: cuando queremos a alguien le decimos cosas que le hacen sentir bien. Otra forma de autor refuerzo es darme un regalo por un buen comportamiento; por ejemplo, regalarme algo de lo cual estoy enamorado hace tiempo, como podría ser una camisa, un libro, etcétera. La última forma de autor refuerzo es hacer algo que nos guste cuando se finaliza un comportamiento que se quiere incrementar; por terminar de dictar una conferencia exitosamente, nos podemos permitir hablar con alguien cuya compañía nos agrade; podemos sentarnos a ver un partido de fútbol o baloncesto, según sea nuestro gusto. Acá es bueno aclarar que los reforzadores son muy individuales: cada uno tiene sus preferencias. Una cosa tan sencilla como ésta no nos cuesta nada y nos brinda muchos beneficios; como se dijo antes, incrementa la autoestima, también refuerza una conducta adaptativa y esto hace que se incremente la probabilidad de que se vuelva a repetir. Y por último, el autor refuerzo me hace sentir muy bien, me hace sentir feliz.
  • Sesiones de risa: a partir de los cuatro meses de edad, un bebé ya sabe reír. En la infancia nos reímos hasta 90 veces diarias, pero superados los 14 años, la cantidad desciende a entre 20 y 30. Es una pena, porque se sabe que el humor ayuda a reforzar los lazos sociales, reduce el estrés al ofrecernos una perspectiva menos seria del mundo, potencia el valor de las emociones positivas y es incompatible con otros estados de ánimo como el enfado, la ansiedad o la culpa. Nadie puede llorar y reírse a la vez; acá podemos traer a colación la siguiente frase: "El buen humor nos salva de las manos del doctor".
  • Escenas agradables al dormir: se recomienda imaginar escenas agradables al acostarse en la noche; esto facilita de forma sorprendente el dormir placenteramente, como lo plantea Alberto Amutio Kareaga en su libro "Teoría y práctica de la relajación". La imaginería sensorial (imaginar cosas agradables), es una técnica poderosa de relajación que trae, fuera del anterior, muchos otros beneficios. Estas escenas pueden ser del pasado (momentos felices), del futuro (visualización de estar realizando una actividad placentera) y también puede ser una fantasía (como estar volando).
  • Técnicas de relajación: hasta la saciedad está comprobado el efecto benéfico de la relajación para la salud del ser humano. Existen diferentes técnicas de relajación que se pueden aprender con práctica constante. Algunas de estas técnicas son, entre muchas otras: relajación muscular progresiva, meditación, yoga, respiración. En el libro "Teoría y práctica de la relajación" de Amutio Kareaga se pueden encontrar estas técnicas con su respectivo procedimiento. Como se dijo antes, hay técnicas para todos los gustos, las cuales traen beneficios en lo físico y lo mental.
  • Enseñar a rebatir pensamientos pesimistas: "Ni tus peores enemigos te pueden hacer tanto daño como tus propios pensamientos" (Buda); es una frase magnífica; por lo tanto hay que aprender a atacar los pensamientos malsanos, pues éstos son los que hacen que nos comportemos inadecuadamente y nos sintamos mal; es una habilidad que se aprende leyendo libros de autoayuda como "Pensar bien", "Sentirse bien" (Riso) o "Para salir del laberinto" (Álvarez); también se aprende esta técnica con la ayuda de un terapeuta cognitivo-conductual. Si adquirimos la habilidad de modificar los pensamientos irracionales o pesimistas (los que nos hacen sufrir innecesariamente) por pensamientos racionales, optimistas u objetivos, seguramente nuestras emociones y comportamiento serán más prácticos y felices; esta otra frase nos resume lo anterior: "El que puede cambiar sus pensamientos puede cambiar su destino" (Stephen Crane). Cuando la mala suerte nos ataca, debemos tratar de dar la vuelta a la situación o pensar que siempre podría haber sido peor. El optimista no es aquél que no ve las dificultades, sino aquél que no se asusta ante ellas, ni se echa para atrás. Por eso podemos afirmar que las dificultades son ventajas, las dificultades maduran a las personas, las hacen crecer.
  • Asumir riesgo: esta técnica viene en dos vías: una es cuando nos arriesgamos a actividades que produzcan adrenalina; claro que debemos de tener cuidado en no arriesgar nuestra vida. Las actividades de riesgo pueden ser montar en parapenti, acampar en una zona segura pero retirada de la ciudad, en fin, lo importante acá es la creatividad. La otra forma de asumir riesgos es hacer proyectos o actividades donde no tengamos mucho dominio: muchas veces el miedo al fracaso es lo que nos frena; hagamos caso de esta frase de Emma Thomson: "Los únicos errores que cometemos en la vida son las cosas que no hacemos". Tenemos sueños, queremos resultados, buscamos oportunidades, pero no siempre estamos dispuestos a correr riesgos. No siempre estamos dispuestos a transitar caminos difíciles.
  • Carta de agradecimiento: Martín Séligman en su libro de "La Auténtica felicidad" propone esta técnica como una actividad que nos hace sentir bien y lo propio a la otra persona. Esta técnica consiste en escribir una carta de una página donde se agradece a alguien que ha hecho cosas por nosotros, cuando la carta esté lista, invitamos a esa persona a algo y le entregamos la carta. Es un gesto que hará sentirnos dichosos y también a la otra persona, como dice el poema de Amado Nervo: "en vida hermano… en vida".
  • Lista de logros: es una técnica principalmente para incrementar la autoestima; consiste en hacer una lista de logros y éxitos obtenidos durante toda la vida; no es necesario que sean cosas grandes: pueden ser pequeños logros como por ejemplo: ser felicitado por algo o ganarse una pequeña rifa. Esta lista se hace poco a poco, la idea es irla completando a medida que vamos recordando; pueden ser logros de la niñez también.
http://www.youtube.com/watch?v=BpEwr7_fkJw

http://www.monografias.com/trabajos65/psicologia-positiva/psicologia-positiva.shtml

EMOCIONES POSITIVAS

La Psicología Positiva destaca las siguientes emociones positivas:

Admiración: Se despierta ante aquellas personas que poseen una capacidad y un talento que nos puede servir de inspiración, de modelo a seguir. Intentemos aprender de esa persona y no pensemos por qué él o ella tienen esa capacidad que yo no, todos podemos desarrollar lo que necesitamos para llegar a lo que queremos.

Alegría: Si sentimos alegría es porque logramos lo que queríamos, es sinónimo de satisfacción personal. En los momentos de alegría es cuando nos sentimos más seguros y abiertos a nuevas experiencias y oportunidades. Situaciones para estar alegres pueden ser muchas, como el compartir una cena con amigos, enterarse de una buena noticia, que reconozcan nuestra labor.

Orgullo: A diferencia de la creencia popular el orgullo no es algo malo, no lo confundamos con la soberbia. Los logros implican sacrificio de nuestra parte, como por ejemplo sacrificio de tiempo, inversión de paciencia, superar obstáculos diversos.
Entonces, si nos esforzamos por llegar a algo o hemos tenido la suerte de que algo se diera como esperábamos, ¿es en realidad algo tan malo que queramos compartir eso con el resto del mundo? Si pensamos que tenemos que esconder nuestros logros como si fueran algo malo, nos estamos privando de la hermosa experiencia de sentirnos satisfechos y de reconocer todo lo que hemos hecho gracias a nuestras propias manos, es quitarnos valor ante nuestros propios ojos, es atentar despiadadamente contra nuestra propia estima. Además, cuando nos sabemos capaces de lograr cosas, vamos a incrementar nuestra confianza para futuras aventuras y desafíos.

Gratitud: Estar agradecidos por los grandes, pequeños y medianos detalles de nuestra rutina nos coloca en un estado de ánimo alegre y pleno. Solemos ser tan poco concientes de todas las cosas buenas que ya tenemos. Siempre tenemos algo que agradecer, o nuestra salud, o nuestras relaciones, o nuestro trabajo, o nuestras habilidades, o nuestra capacidad de salir adelante. Siempre encontramos algo si estamos abiertos a hacerlo. La gratitud también tiene que ver con ser agradecidos con los demás, con aquellas personas que nos han demostrado su amor o su interés en diversos momentos y esta gratitud tiene el poder de profundizar relaciones.

El perdón: Tan importante como tener la capacidad de perdonar a los demás, es la capacidad para perdonarse a uno mismo. Cuando nos equivocamos lo mejor que podemos hacer es pedirle perdón a la persona que dañamos e intentar reparar esa situación, si no podemos, no tiene sentido que nos sigamos castigando eternamente por lo que hicimos. Hay que dejar ir el resentimiento que podemos tener hacia nosotros y no quedarnos estancados en la culpa.
A veces nos cuesta perdonar a otros directamente. Lo que tenemos que tener en cuenta es que el perdón es necesario porque nos libera de una carga negativa, si siempre estamos acarreando un odio profundo no vamos a poder salir adelante, se nos convierte en una carga pesada.
Creo que hay que dejar en claro también qué significa perdonar, porque a veces creemos que el perdonar a otro es injusto o que tenemos que seguir manteniendo a esa persona en nuestra vida a pesar de la injuria y en realidad esto no es tan así. El perdón es un proceso interno, yo decido liberarme de esta rabia para seguir tranquilamente con mi vida. El perdón no es tanto para la otra persona, sino para nosotros. Es dejar ir el odio, es dejar ir el recuerdo de algo injusto. Es volver a tomar control sobre nuestras emociones y decidir enfocarnos en nuestro presente y en nuestro futuro.


Resiliencia: de este término sí que se ha hablado en la psicología positiva: hace referencia a la capacidad que tiene un individuo de soportar situaciones difíciles, y aun más, saliendo más fortalecido de ellas. Este don no es totalmente innato, ni totalmente adquirido; como tiene parte aprendida, debemos de fomentar programas de prevención que fortalezcan la resiliencia, teniendo en cuenta aspectos tales como las redes sociales, autoestima, altruísmo, participación comunitaria, entre muchos otros.
En investigaciones recientes dadas a conocen en el Primer Encuentro Iberoamericano de Psicología Positiva, se plantea que un factor de protección que fomenta la resiliencia es ser protegido de niño por un adulto o figura de apego. Por lo tanto hay que dar mucho énfasis en esto cuando se trabaja con los padres de familia.


Humor: Generar buen humor o estar involucrado en actividades que nos generan risa es algo muy positivo. El buen humor nos ayuda a ver la vida más despreocupada, donde se puede apreciar el lado bueno de las adversidades, donde nosotros hacemos felices a los demás y nos divertimos. Es como que tenemos que aprender a seguir jugando, a veces nos tomamos las cosas demasiado en serio y la vida también tiene que ser vivida desde el lado más divertido.
Una carcajada puede ejercitar nuestro diafragma y relajar luego nuestros músculos. El buen humor nos aleja de la ira, la culpa y demás emociones negativas, nos ayuda a ver las cosas desde una mirada más relajada y a afrontar las dificultades de la vida más como un juego de aprendizaje que como una amenaza paralizante. Cuando nos reímos liberamos endorfinas, nos sentimos más distendidos, una buena carcajada fortalece el sistema inmunológico y reduce las hormonas que pueden causar tensiones. La risa provoca efectos catárticos y procesos de relajación general de los músculos del cuerpo. También regula el ritmo cardíaco, baja la presión arterial y mejora la inmunidad. Es un factor protector de la salud. La risa es tan poderosa que incluso si la fingimos podemos obtener estos beneficios.

El saboreo: Tiene que ver con disfrutar a pleno cada experiencia y cada recuerdo. ¿Cómo podemos incrementar el disfrute por nuestras experiencias?
Hay pequeños ejercicios que nos pueden ayudar así que tomen nota:
Compartir con otras personas: Busca personas con las cuales compartir tu experiencia, exprésales el valor que tuvo para ti ese momento.
Guardarlo en la memoria: Tomar fotografías, recuerditos físicos.
Autoelogio. Recuerda con entusiasmo y orgullo lo sucedido, recuerda lo importante que fue, si estuviste tiempo esperando ese momento, si tomó planificación. Es un verdadero logro, no lo olvides.
Agudizar la percepción: Resaltar lo bueno, los detalles de la situación.
Ensimismamiento: Perderse en el recuerdo o en la experiencia que estás viviendo, no pensar en nada más que en eso, no importa que ocurrirá después, solamente existe ese momento

El amor: Tenemos que aprender a amarnos a nosotros mismos. Sé que muchas personas confunden esto también con egoísmo, pero nada está más alejado de la verdad. El amarse a uno mismo es fundamental porque todo comienza en nosotros. Hay un dicho que dice que no podemos dar lo que no tenemos, y si no nos preocupamos por cuidarnos, por nutrirnos, por aprender, por querernos, ¿cómo vamos a esperar eso de los demás entonces? Todo comienza en nuestro interior.
En el amor hacia los demás hay que tener en cuenta con qué tipo de personas nos relacionamos, si nos benefician o emocionalmente o nos quitan toda la energía. Tenemos que ser concientes de si somos personas dependientes o dejamos libres a los demás. Tenemos muchas veces que aprender a cómo llevar una relación sana de pareja, así como nadie sabe de inmediato cómo ser padre, tampoco sabemos a veces cómo amar sanamente. Creo que es algo que vamos aprendiendo con la madurez, con el otro y con mucha paciencia. Estemos abiertos a tener vínculos que nos nutran y que nos permitan aprender.

El amor por las cosas que hacemos también es fundamental, ya sea por nuestra carrera, el trabajo o incluso pueden ser las tareas del hogar. Las cosas que elegimos hacer las tenemos que hacer con cariño, entregarnos a una tarea y hacerla con dedicación nos brinda mucha satisfacción también.


sábado, 15 de septiembre de 2012

¿QUÉ ES LA PSICOLOGÍA POSITIVA?

La psicología positiva es una rama de la psicología de reciente aparición que busca comprender, a través de la investigación científica, los procesos que subyacen a las cualidades y emociones positivas del ser humano, durante tanto tiempo ignoradas por la psicología. El objeto de este interés es aportar nuevos conocimientos acerca de la psique humana no sólo para ayudar a resolver los problemas de salud mental que adolecen a los individuos, sino también para alcanzar mejor calidad de vida y bienestar, todo ello sin apartarse nunca de la más rigurosa metodología científica propia de toda ciencia de la salud.

La psicología positiva estudia las bases de la felicidad así como de las fortalezas y virtudes humanas. Tradicionalmente la ciencia psicológica ha dedicado mucho esfuerzo a estudiar los aspectos negativos y patológicos del ser humano, dejando de lado a menudo el estudio de aspectos más positivos como, por ejemplo, la creatividad, la inteligencia emocional, el humor, la sabiduría, la felicidad, la resiliencia, etc. El impulso definitivo para la creación de la psicología positiva fue dado por el Prof. Martin Seligman de la Universidad de Pennsylvania y antiguo Director de la Asociación Americana de Psicología.


ORIGEN DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA

En la historia del pensamiento filosófico y antropológico, tanto occidental como oriental, la perspectiva de favorecer el desarrollo de las cualidades positivas del ser humano tiene una amplia tradición. Ya en la antigua civilización griega y romana Aristóteles se interesó por la ‘eudaimonía’ o felicidad de las personas. Cicerón y Séneca también trataron sobre este tema. En el ámbito de la Psicología del siglo XX, Erich Fromm, Carl Rogers y Abraham Maslow fueron autores destacados de la psicología humanista y pueden considerarse precursores de la Psicología positiva.


Se considera que el inicio formal de la Psicología positiva fue la conferencia inaugural que Martin Seligman dio en 1998 para su periodo presidencial de la APA (Asociación Americana de Psicología).
Seligman concluyó su discurso diciendo: “La psicología no es una mera rama del sistema de salud pública, ni una simple extensión de la medicina, nuestra misión es mucho más amplia. Hemos olvidado nuestro objetivo primigenio, que es el hacer mejor la vida de todas las personas, no solo de las personas con una enfermedad mental. Llamo a nuestros profesionales y a nuestra ciencia a retomar esta misión original justo ahora que comienza un nuevo siglo”.
 
Posteriormente, en enero de 1999, durante el I Congreso Akumal celebrado en México, un grupo de investigadores elaboraron un manifiesto de soporte a la nueva Psicología positiva. Entre ellos destacan Barbara Fredrickson, Mihalyi Csikszentmihalyi, Jon Haidt, Ken Sheldon y Kevin Rathunde. Poco después Martin Seligman creó el Centro de Psicología Positiva de la Universidad de Pensilvania.
 
Ya en el siglo XXI hubo un impulso definitivo con la publicación en enero del año 2000 de un número monográfico de la revista American Psychologist, dedicado íntegramente a la Psicología positiva.

La Psicología Positiva surgió hace algunos años gracias al impulso decisivo del prof. Martin Seligman de la Universidad de Pennsylvania. Este enfoque se caracteriza por estudiar los aspectos más positivos del ser humano. Entre sus objetivos están el estudio de las bases psicológicas del bienestar y la felicidad, los rasgos que nos permiten superar con éxito situaciones vitales difíciles, o la aplicación de estrategias efectivas para potenciar cualidades positivas como el optimismo, la satisfacción vital o las emociones positivas en nuestras vidas.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

OBJETIVO:


El objetivo de esta investigación es dar a conocer las ventajas que acarrea la psicología positiva y los métodos y técnicas de las cuales podemos valernos para gozar de los beneficios que este tipo de psicología nos brinda.